JUDITH LE ROUX / GRAPHIC DESIGNER & PHOTOGRAPHER
Artworks / Obras
La muñeca Barbie, como centro y modelo a imitar, se despliega en la muestra relatando no ya los aspectos de la estética de mercado, sino las consecuencias oscuras, trágicas y terminales de la tiranía de la belleza. Las fotografías interrogan mostrando sin concesiones el tema de Bulimia y Anorexia, mediante la construcción simbólica del universo objetual de dichas patologías.
La muñeca Barbie, como centro y modelo a imitar, se despliega en la muestra relatando no ya los aspectos de la estética de mercado, sino las consecuencias oscuras, trágicas y terminales de la tiranía de la belleza. Las fotografías interrogan mostrando sin concesiones el tema de Bulimia y Anorexia, mediante la construcción simbólica del universo objetual de dichas patologías.
La muñeca Barbie, como centro y modelo a imitar, se despliega en la muestra relatando no ya los aspectos de la estética de mercado, sino las consecuencias oscuras, trágicas y terminales de la tiranía de la belleza. Las fotografías interrogan mostrando sin concesiones el tema de Bulimia y Anorexia, mediante la construcción simbólica del universo objetual de dichas patologías.
La muñeca Barbie, como centro y modelo a imitar, se despliega en la muestra relatando no ya los aspectos de la estética de mercado, sino las consecuencias oscuras, trágicas y terminales de la tiranía de la belleza. Las fotografías interrogan mostrando sin concesiones el tema de Bulimia y Anorexia, mediante la construcción simbólica del universo objetual de dichas patologías.
Parte de la Serie de trece imágenes que estan construidas digitalmente de parte de mi rostro, en donde problematizo la comunicación mediada y lo que implica en la fragmentación del individuo y en el ruido que genera en la comunicación.
Parte de la Serie de trece imágenes que estan construidas digitalmente de parte de mi rostro, en donde problematizo la comunicación mediada y lo que implica en la fragmentación del individuo y en el ruido que genera en la comunicación.
La idea de los no cuerpos, percibidos como parte de un paisaje que no se muestra, los estereotipos no se adscriben, por lo tanto los rostros no interesan, y se objetualizan los mismos. Se hace hincapié en el gesto como trazo, ese mismo que habla todo el tiempo de nosotros. El gesto pone de manifiesto la manera en que queremos ocultar el mismo, o muestra de una manera irrefutable la vergüenza ante el propio cuerpo.
La idea de los no cuerpos, percibidos como parte de un paisaje que no se muestra, los estereotipos no se adscriben, por lo tanto los rostros no interesan, y se objetualizan los mismos. Se hace hincapié en el gesto como trazo, ese mismo que habla todo el tiempo de nosotros. El gesto pone de manifiesto la manera en que queremos ocultar el mismo, o muestra de una manera irrefutable la vergüenza ante el propio cuerpo.
La idea de los no cuerpos, percibidos como parte de un paisaje que no se muestra, los estereotipos no se adscriben, por lo tanto los rostros no interesan, y se objetualizan los mismos. Se hace hincapié en el gesto como trazo, ese mismo que habla todo el tiempo de nosotros. El gesto pone de manifiesto la manera en que queremos ocultar el mismo, o muestra de una manera irrefutable la vergüenza ante el propio cuerpo.
El cuerpo es una construcción social, la mirada del otro nos sirve para reconocernos. Cuando los espejos se resquebrajan, nos devuelven una imagen que preferimos negar.
El espacio, como una compleja construcción de la memoria, donde esta parece incrustarse en los pequeños intersticios de las imágenes que nos interrogan cargadas de sentido. La belleza se percibe en la concepción de las formas.
El espacio, como una compleja construcción de la memoria, donde esta parece incrustarse en los pequeños intersticios de las imágenes que nos interrogan cargadas de sentido. La belleza se percibe en la concepción de las formas.